Click… click… despierto tumbado en la cama… click…, me duele todo el cuerpo, y lo único que puedo escuchar son las gotas que van cayendo sobre una superficie lisa… click… debe ser un grifo mal cerrado… click… intento abrir los ojos pero pesan demasiado… click… unas legañas endiabladas se han establecido sin pedir permiso en ellos… click…, el grifo continua goteando… click… intento fregotearme sin éxito alguno los ojos, pero los brazos no responden… click… sigo quieto, respirando débilmente… click… al fin las legañas ceden un poco de terreno y puedo deslumbrar lo que parece ser un reloj de mesa… click… parece un código de barras, pero no son más que las once y once… click… empiezo a recuperar el control de mis extremidades… click… me siento lleno, demasiada comida quizás… click… no puedo recordar nada de lo que paso… click… con los ojos medio pegados por los inquilinos intento permanecer en pie… click… intento llegar sin mucho éxito a la puerta… click… pero el suelo está lleno de latas, suenan estridentes a mis oídos… click… poco a poco avanzo entre la espesura de metal… click…
Click… consigo llegar a la puerta del dormitorio… click… continuo con la vista borrosa, mejor iré al baño… click… andando por la pared, consigo llegar al destino… click… el ruido no proviene de dentro… click… que será lo que no para de gotear… click… atemorizado, me lavo la cara con las manos temblorosas… click… el ruido sigue cayendo… click… cierro el grifo… click… las legañas marcharon… click… con la vista recuperada, salgo del baño…
Click… alcanzo la cocina, pero el ruido no está aquí… click… miro en el otro baño... click… tampoco… click… sólo queda el despacho… click… comienzan a llegar efímeras imágenes en mi cabeza… click… latas, atún, intentos salvajes, el vecino… click… no tienen sentido, pero las tengo allí… click… las imágenes parecen tomar orden alguno… click… mi amigo esta medio sentado en la silla… click… también tiene latas de atún a su alrededor… click… ahora comienzo a ver claro… click… una lata medio abierta continua vertiendo su aceite… click… decido recogerla y finalizar con el ruido… click…
Todo empezó hace dos días, cuando conocimos una tienda nueva en el barrio, tenían atún, mucho atún. Después de preguntar, descubrimos que el vecino aún no había descubierto ese colmado, sería el fin de nuestra precariedad… Así pues nos pusimos manos a la obra, y trazamos un plan para llevarnos todo el atún enlatado posible.
Pero como todos sabemos, los planes sólo son planes, y el vecino se enteró de este nuevo colmado, por lo que tuvimos de cambiar nuestra estrategia, mejorar el plan, cambiar el punto de vista, las herramientas… todo, por conseguir obtener nuestro preciado atún…
Quién no lo intenta se queda con la duda, si no degustábamos esas latas, no sabríamos si serian buenas… así que una vez pulidos los detalles, decidimos asaltar el colmado… mi querido amigo con las bolsas del Caprabo, y yo… yo sólo llevaba una linterna vieja con pilas medio gastadas…
Comenzó el asalto a la fortaleza… tuvimos poco tiempo, pues había alarma, y se activo tan temprano como mi amigo abrió una bolsa de patatas para hacer un tentempié… Alarmados por el ruido, intentamos llevarnos el máximo de latas posibles… no podía ser… el vecino ya había pasado, y las había cambiado por otras de menor calidad… cogimos lo que pudimos y marchamos…
Nos quedamos sin nuestras latas de atún… pero eso sí, lo intentamos, y es que si no intentas una cosa, no sabes cómo saldrá, no sabes qué resultados podrías obtener, ni cómo se desarrollaría el acto…
Luchamos por unas latas, estamos luchando por ellas, y algún día conseguiremos robar las frescas latas de atún del vecino. Perdimos una batalla, pero no la guerra…
Mi buen amigo… estas aquí destrozado, tuvimos de comer latas caducadas, si caducadas… pero al menos lo intentamos… ahora toca dormir… mañana otro día será, otra oportunidad que aprovechar…

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