dilluns, 20 de setembre del 2010

Recuerdos fugaces...

Recuerdos fugaces..., originalmente cargada por follet maligne.

…Raíces de recuerdos revolvían mi cuerpo entre pequeños rayos de luz mientras el sol de mediodía, burlesco y incitante, se filtraba fajo el suelo perforado de la pequeña octagonal habitación de piedra…el paso del tiempo no perdonaba a nadie, fuese de la naturaleza que fuese, desgastaba todas las superficies tanto piedra como piel, en unas con forma de brechas en las otras con forma de arrugas y vejez…

…La oscurecida hormiga pequeña había descendido entre las raíces deteniendo su recorrido en mí entumecida nariz… mientras, los recuerdos de la noche anterior fluían en mi confundida mente...recuerdos desdibujados por el frio del amanecer…

…el frio invernal recorría mis venas… pensé en la figura esculpida en el mismo hielo del infierno…no podía ser… no la toque… en ningún momento salió del frasco… en ningún momento se apoderó de mi… el frenesí se otorgo el control de mis sentidos y escapando de las punzantes raíces conseguí mantenerme de pie en una brecha situada bajo la mesa tallada en puro marfil… 

…escalofríos recorrían mi rasgada piel mientras el sol inquietante alumbraba la oscurecida hormiga pequeña, que entre pasos elegantes se situó en mi mano derecha… quería indicar una dirección… quería enseñarme sus secretos…no sabía que quería, pero siguiendo su cuerpo divise mi helada mano… de azul destellante se hallaba mostrando los reflejos de la vida…reflejos que dibujaban con desgastado grafito un rostro de ojos afables y sonrisa suave señalando tristemente mi arteria braquial helada por mi sangre, helada por los sentimientos que se desprendían de mi corazón…pero sorpresa fue la mía cuando descubrí que la figura esculpida en el mismo hielo del infierno ocupaba el lugar de mi corazón y que la tricúspide en su buen funcionamiento impedía que el calor del rostro de ojos afables y sonrisa suave volviera a ocupar su sitio…

…así pues, con arterias emanando frescor en todos los rincones de mi cuerpo y con las venas retornando los recuerdos del rostro de ojos afables y sonrisa suave hacia mis feroces riñones que esperaban deleitosamente congelar y depurar dicha sangre decidí volver hacia casa y buscar mi buen amigo…mi buen amigo que tantos días no veía y con quien tantos días no compartía una buena lata de atún…

…con oscurecida hormiga pequeña en mano y corazón helado comenzaba mi viaje en busca de pequeñas ignífugas cerillas que derritieran mi helada sangre…

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