dissabte, 4 de setembre del 2010

Diagnóstico: sobresaturación de atún en sangre...


Porxades cami de ronda, originalmente cargada por follet maligne.


Nyeeec… salgo de una habitación, entro en otra… Nyeeec… puertas que abro otras que cierro… Nyeeec… cada paso supone un riesgo que tomar… Nyeeec… y sin aceite en mano que apaciguar el ruido de las puertas el sonido se transfigura en dolor mental…

Me detengo en el centro de una habitación, paredes de dulce melocotón amortiguan mi llegada, un viento helado se filtra por el tejado inexistente y una oscurecida hormiga pequeña observa el paso de las hojas gigantes a su alrededor…. estoy quieto, ninguna parte de mi cuerpo reacciona por impulsos, sólo la razón es amante de mi mente…

…Sigo de pie… observando la oscurecida hormiga pequeña… parece confundida… comienza a dar vueltas en bucles, empieza por donde termina, o termina por donde empieza… que trabamentes… efímeramente me viene a la cabeza una puerta ornamentada con dulces de colores, palabras embaucadoras y sonrisas despiadadas… ¡La recuerdo! ...si, es esa… esa misma por la que entre el primer día… puerta endiablada, invitaba a entrar sin revelar el interior, sin saber que oscuros secretos aguardaban detrás del tiempo…

Nyeeec… era el ruido que hacían todas las puertas del laberinto… laberinto inmortal, laberinto de múltiples direcciones tomadas por senderos binarios, recorridos que crecían exponencialmente en número… 2^x – 2 caminos dejados sin comenzar y otros 2^∞ – 2 posibles caminos por entrañar, x + 1 habitaciones esbozadas con grafito desgastado por el paso de la eternidad… desgastadas habitaciones que muestran las reseñas de mis pasos… la última habitación muestra una sala con sillas blancas e incómodas, con gente preocupada, el pequeñín despreocupado y la mujer de ojos dulces y afable sonrisa… para recordar sólo he de cortar ese pequeño esbozo y guardarlo en formol… conservar dulces recuerdos para alumbrar las oscuras habitaciones restantes… 

…Tic…Tac…Tic…Tac…es el ruido que se percibía antes de entrar por la puerta azul, la puerta que conducía a esta curiosa habitación con paredes de dulce melocotón… el viento levantaba las marchitadas hojas sobre la oscurecida pequeña cabeza de la hormiga… dejando ver un escrito en el suelo… tallado sobre suavizada piel dibujaba pequeñas arrugas del tiempo en el rostro… el refrán decía:

“En mares serenos no se forman marineros”

…La frase segmentada en pequeñas porciones de letras resonaba lentamente en mi cabeza, mientras personas sin rostro, simples maniquís de la coincidencia traspasaban la habitación escapándose por los dos únicos caminos que albergaba el tiempo…la decisión… 

Nyeeec… la mujer de ojos dulces y afable sonrisa se dividía en dos pudiendo entrar en sendas puertas, en sendos caminos del tiempo dejando leer entre líneas que tomemos el camino que tomemos la misma gente estará en cada una de las habitaciones que nuestro laberinto pueda crear, en cada posibilidad por remota que sea la podremos encontrar, con una cara u otra esperará ser esculpida por nuestro movimiento de impulso o razón… Nyeeec… las mujeres de ojos dulces y afables sonrisas se desvanecieron…

…Y sigo de pie… los impulsos no sirven, la razón no reacciona y mi cuerpo inerte de dinámica sigue ocupando el mismo espacio en distintos tiempos… distintos segundos que cubren mis canas de vida, canas de secretos que solo yo sé desencriptar…

…La oscurecida hormiga pequeña se encuentra en mi mano… con una sonrisa endiablada espera mi respuesta… toda habitación tiene una entrada y dos salidas, y sólo avanzando uno obtiene lo que busca, sólo observando e interactuando con cada objeto, des de el más pequeño y complejo al grande y sencillo podré conseguir reclutar más habitaciones para mi laberinto de experiencia… mi amigo… mi buen amigo, amante de las latas de atún, trazador de planes vengativos hacía nuestro vecino maligno, ladrón de nuestro alimento… si él, mi buen amigo… un día cogió otra puerta, otro sendero… pero por suerte, los caminos de la vida se separan y se unen en los momentos menos anhelados… algún día volveré a trazar planes descabellados para robar ese atún tan preciado…

…Nyeeec… abriré la puerta de la izquierda, de robusto roble marcado con espinas de rosa en el pomo… y con una frase agrietada en la parte superior…

“Si la vida fuera fácil…
                                                                                …que gracia tendría vivirla”
Follet Maligne.

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